De vuelta ya de las vacaciones!, ains qué cortito se me ha hecho hecho esta vez, cuando ya me había habituado al manejo de la casa y los nuevos horarios... cuando más a gusto se está... pumba, se acabó el tiempo.
Estos días me han traído mucha paz, el calor del morenito playero, la serenidad de las olas, un equilibrio que me hacía mucha falta, he llegado revitalizada, renovada, con las pilas bien cargadas y en un par de días me he puesto al día con todo, hasta he terminado unos visillos para el salón que empecé antes de irme. La casa respira incluso un aroma distinto, como dándome la bienvenida al entrar. Cada hogar posee un olor propio, es su lenguaje, te saluda y te envuelve al pasar por la puerta.
Hay casas que te expulsan nada más llegar, con algún olor rancio, a caos y a dolor; hay casas que te acogen como un dulce abrazo y algunas no huelen a nada, están vacías, sin alma, porque sus moradores sólo las habitan para dormir.
Mi casa huele a flores, a violetas y a limón, a bizcocho recién hecho y a suavizante, a limpio, que diría mi abuela, mi casa huele a tostadas recién hechas por las mañanas, a guiso casero a medio dia , a café y dulces en la tarde y a dama de noche cuando llega el sueño.
Tenía muchas ganas de poner algo que diera la bienvenida a todos los que llegaran, un ferpudo típico no me parecía bastante, algo sencillo, bonito, que contuviera toda la energía que dentro habita y a sus habitantes... Hasta que encontré algo precioso, la solución, se trata de un tapete que encontré en el blog de Esperanza, por casualidad, o causalidad, como casi todas las cosas ocurren, así que lo hice mío, lo personalicé, y decidí que no sería un tapete sino un cuadro de bienvenida, y tras un mesecillo entre unas cosas y otras, éste es el resultado:
La técnica que he empleado básicamente es el patchwork, porque he utilizado varias telas y fieltro, también he bordado las pequeñas flores de las ventanas, intentando hacer unas gitanillas sevillanas y mi hierbabuena en la otra, tal y como están en mi casa, unas balconeras de madera con sus cortinas tras los cristales, un sol esplendido gordote y sonriente como corresponde a estas tierras y varios puntos diferentes de bordado que he buscado en mi libro de bordar maravilloso que os enseñé hace un tiempo, también he cosido algunos botones y he puesto en mi tejado una mamá gata con su bebé, porque me encaaaaantan los gatos.
Para terminar bordé el mensaje de bienvenida y rematé los bordes con una puntillita de crohet.
Éste es el blog y la entrada de Esperanza, donde encontré esta maravillosa idea:
Y éste es mi panel en mi puerta dandoos a todos la bienvenida!
HASTA PRONTO!