y es que nos mostraba una antigua máquina de coser heredada de su madre, preciosa, y pensé, pero si es igual que la mía! La tengo desde hace ya cinco años y no se me había ocurrido mostrarla antes, es una verdadera joya porque se conserva completa y en perfecto estado, es curioso cómo nos acostumbramos a ver las cosas a diario y se nos olvida su valor hasta que alguien nos lo recuerda y caemos en la cuenta de lo afortunados que somos, lo triste es que no sólo nos ocurre con las cosas, a veces, también se nos olvida el valor de las personas que tenemos al lado, la costumbre nos hace perezosos y el día a día nos vuelve ciegos, hasta que alguien nos muestra de nuevo la realidad que ya habiamos olvidado, o hasta que ya es demasiado tarde y la persona ya no está...
El caso es que ésta es mi "joya de coser", heredada de la abuela de mi marido, y aunque funciona a la perfección como veis no la utilizo para coser sino para disfrutarla desde mi sofá, jajajaj y ahora para enseñárosla desde el blog, esta ventana mágica que tantas satisfacciones me da.
Mi máquina-joya de cerca
... Me encantan las cosas antiguas
3 comentarios:
Qué hermosa tu máquina y tu rincón Vero, y qué cierto lo que decís sobre las personas. Que Dios nos ayude a ver y a valorar todo el cariño que tenemos a nuestro alrededor!!! Que pases un lindo fin de semana, un abrazo
¡Cuánta razón tienes Vero! Menos mal que siempre hay alguien que nos recuerda las cosas que de verdad son importantes.
Un beso cielo.
Preciosa tu máquina también, la mía está convertida en pequeña consola, la tuya conserva el cabezal en perfecto estado, que maravilla. Que verdad la reflexión que has hecho en la entrada. Encantada de ser compañeras de club. Besitos.
Publicar un comentario